
Ambos arriba de la camioneta, camino al persa Bio- Bio.
Papa: mira ese es un convento.
Hijo: ¿y que tiene eso? No me parece interesante.
Papa: mmm.
Hijo: ¿pero por qué me lo dices?
Papa: Ahi las mujeres van y se encierran de por vida por Dios.
Hijo: Eso ya lo sabia. ¿ Y que con eso?
Papa: Debe ser terrible. Yo no podría entregar mi libertad, no se como la gente hace eso por su voluntad.
Hijo: Ellas deben pensar que es terrible beber hasta bordear la locura, sabiendo que al otro día tu cuerpo se retorcerá de dolor. A nadie le gusta estar con resaca. Sin embargo TÚ igual te embriagas y al otro día te quejas de los dolores. Dolores que sabias perfectamente serian consecuencias de tus actos. En fin, eres libre de tu acción y consiente del dolor que esta trae. Lo mismo con las monjas tuvieron la libertad de elegir la vida que querían siempre consientes de las consecuencias que traerían.
Papa: si, tienes razón. Mejor no hubiera quedado callado.
Hijo: exacto, no podemos censurar una conducta si nosotros en nuestra vida la validamos. Es mas, con los delincuentes es lo mismo. Mejor dicho los presos. Vienen siendo el equivalente a las monjas o aun borracho esclavo de su vicio.
Papa: Eso no. Un delincuente no quiere estar en la cárcel.
Hijo: ¿Y por que entonces comete delitos? Alguien que no quiere ir a la cárcel no comete delitos. Por el contrario alguien que lo comete ¿ Que?. El ha estado consiente de sus actos, el determino que la manera mas fácil de obtener dinero era cometiendo crímenes teniendo siempre en cuenta el riesgo que esto presenta. Por tanto, el eligió con toda libertad tomar un riesgo, en este caso la prisión.
Papa: Aun no comprendo bien tu manera de pensar.
Hijo: El punto es papa, que si bebes no te quejes ni molestes a los demás.
Conversacion sotenida entre yo y mi padre.
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