
Nadie, jamás ha tenido ni tendrá el derecho a insultar a alguien o algo. Nadie puede hacerlo, porque nadie nunca tendrá los argumentos suficientes para justificarse, independientemente de lo que nos hallan echo. Por favor entendamos. Yo lo digo, porque varias veces he cometido ese grandísimo error, pero así como he cometido ese acto que me averguenza, también me he dado la oportunidad de criticarme y darme cuenta de lo equivocado que estaba. Muchas veces sentí mucho odio, rabia, enojo y desesperación por la conducta de alguien y en un absurdo intento de "purificación" expulsaba horribles palabras por mi boca, escribía detestables oraciones con mis manos y llenaba mi mente de pensamientos aún más repugnantes. Pero estaba equivocado. Por más daño que me hagan no he tenido jamas ni nunca el derecho a menospreciar a alguien, a humillar a alguien, a exigir a alguien que se comporte de la manera que a mi me gustaría.
Silencio.
Es mejor guardar silencio. Mientras me quemo en mi culpas, en un incendio que yo mismo provoque. La calma y arrepentimiento menguaran las llamas, pero solo un cambio de actitud las extinguiran y un espiritu sereno hara de mi un verde jardín que florecera y abrira sus puertas para todo quien quiera visitarlo.
"La Naturaleza no tiene deseos;
Sin deseos, el corazón alcanza la tranquilidad,
Y así el Mundo en su totalidad puede permanecer en calma." Tao te king
"Puedes decir que soy un soñador pero no soy el único." Lennon
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