
Ya muerta sigues conmigo. Y aunque quiera no puedo evitar verte porque aunque cierre mis ojos sigo viendote claramente. Recuerdo cuando deseé con todas mis fuerzas nunca separarnos, mas ahora tu compañia es tortuosa y aborrecible. Una fantasma como tú, que me sigue, me observa y hasta me sonríe, con un hombre como yo que no puede besar tus etéreos labios ni abrazar tu nebuloso cuerpo que desaparece en un instante. Una fantasma como tú sin oidos para mis lamentos y mis miles de te quiero, una fantasma como tú de mirada perdida a quien arrojo al viento cartas melancólicas esperando que un día llegen a tus manos y puedas leerlas. Cartas como esta, donde espero tus respuestas, fantasma amada mía y no mía.
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