jueves, 6 de agosto de 2009

Un regalo del Cielo

Son las 6 de la tarde y es invierno. Yo caminando como siempre por el parque forestal, como si fuera una brisa que pasa periodicamente entre los arboles, entre la gente y el susurro de lejanos lamentos y suplicas de descanso que jamas fueron escuchadas, asi de silencioso voi. Levanto la vista caminando por el puente pionono mirando direccion aun mar que anelo y me encuentro con un hermoso atardecer sobre unos cirros que recuerden el mas dulce algodon que comiera en mi infancia. Veo el solidario atardecer que cubre toda la inmundicia y fetidez de Santiago, todo lo grotesco que tiene, todo lo metalico y toxico que lo conforma. Cuando veo este regalo del cielo me doi cuenta que hasta las cosas mas desgraciadas tienen momentos de fortuna. Asi mismo llego a mi casam, y rutinariamente enciendo el computador mientras como algo para destruir la ansiedad. Estoy destruido, cansado y agobiado, la soledad y angustia me inunda, luego comienzo a hablar con mi Ex que no veo hace meses. Le digo que la quiero mucho y ella me dice "yo tambien". Dos palabras me dan todo lo que necesito para seguir viviendo.

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